Santa María La Real

Es el edificio más representativo de la villa, ejemplo de su esplendor y emblema de su expansión urbana en los siglos XV y XVI. Del exterior destaca el sobrio juego de volúmenes de la fachada y su espectacular portada meridional atribuida a Simón de Colonia. Del interior son muchas las obras que pueden nombrarse, especialmente llamativo es el púlpito de nogal, la pila bautismal, las elegantes capillas funerarias, la escalera de subida al coro y el espectacular retablo mayor, de estilo romanista, construido a  comienzos del siglo XVII.